Cuando hablamos de fotoprotectores o cremas solares también hablamos de los filtros solares. Pero ¿qué son y para qué sirven? Los filtros solares son sustancias que forman parte de estos fotoprotectores y su misión es proteger la piel de la radiación solar. Son sus componentes más importantes. Pero, ¿son todos iguales? Por supuesto que no. Podemos encontrar varios tipos diferentes en función de su mecanismo de acción.
Filtros físicos
En primer lugar nos encontramos con los filtros solares que llamamos físicos o minerales. Su acción consiste en reflejar o, más claro, rebotar, y dispersar la radiación solar. Los más conocidos, entre otros, son el óxido de zinc y el dióxido de titanio. La ventaja de un solar con filtros físicos es que hace un efecto pantalla, ideal para personas que padecen problemas dermatológicos, niños menores de 3 años,… La desventaja es que antes conferían una textura más densa a estos fotoprotectores, pero actualmente en forma de nanopartículas, vamos viendo en el mercado texturas más fluidas de este tipo de productos, con mejor absorción (incluso hay con color). Son muy seguros, no dan alergia. Ejemplo: Fluid Mineral de laboratorio Isdin o laboratorio Avène.
Filtros químicos
Por otro lado, los filtros químicos u orgánicos, son los más utilizados. Son sustancias químicas que absorben la radiación, disminuyen su energía y la transforman en calor cuando entra en contacto con la piel. Cada uno tiene un espectro de absorción determinado. En pieles muy reactivas pueden dar alergias. Son los llamados benzofenonas, salicilatos,… Ejemplo: Fusion Water de laboratorio Isdin.
Filtros biológicos
El tercer tipo son los filtros solares biológicos. Tienen actividad antioxidante y aplicados en la piel, disminuyen lo que llamamos estrés oxidativo provocado por la radiación. Es decir, actúan protegiendo a las células del daño que produce la radiación solar (fotoenvejecimiento y cáncer de piel). Al ser antioxidantes, evitan la formación de radicales libres y así potencian el subsistema inmunológico de la piel. Entre otros, son la vitamina A, E y la archiconocida vitamina C. No protegen por sí solos, acompañan a los convencionales. Los encontramos en fotoprotectores tópicos (es decir, los solares de siempre) y en los fotoprotectores orales. Estos últimos son complementarios a los tópicos, nunca sustitutivos de estos. Ejemplo: Age Repair de laboratorio Isdin, Sunisdin cápsulas de Isdin.
Filtros organominerales
Los últimos son los filtros solares organominerales, cuya acción se realiza por absorción y reflexión o una combinación de ambos. Son químicos pero también tienen la característica de que son insolubles, así que tienen la ventaja de la buena cosmeticidad en cuanto a los químicos y la seguridad de los físicos. No consiguen factores de protección muy altos así que van asociados a otros. El conocido Tinosorb M es de este tipo.
Espero que os haya podido ayudar en el conocimiento de estos filtros que tanta importancia tienen a la hora de elegir un fotoprotector, que lo podéis encontrar en nuestra tienda on-line.
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